Novela política-profético-onírica
ambientada en la próxima guerra
que se desarrollará en la Argentina
luego de ser invadida
por las tropas de las Naciones Unidas.
Escrita por José Luis Núñez.

14: Exocet

Los estruendos del desigual combate fueron escuchados hasta el último rincón de la ciudad, porque sin bien Caleta Olivia se había extendido considerablemente, no había dejado de ser una pequeña localidad provinciana.
Además no existía, salvo el ronco murmullo del mar tranquilo, ningún sonido que aminorara el seco estampido de los disparos ni las fragorosas explosiones de las granadas.
Toda la población escuchaba angustiada el estrépito que llenaba los oídos y el corazón. Pero el súbito silencio que de improviso se apoderó de la noche provocó un quiebre en la actitud de temor que hasta entonces los había tenido aferrados en sus casas.
Más allá de los que por su cercanía, estaban enterados del lugar del enfrentamiento, hasta en los barrios más alejados de la céntrica escuela se corrió la noticia del lugar en que había ocurrido el enfrentamiento.
Espacio dedicado al aprendizaje y a la educación, dentro de la conciencia del hombre común está, como los templos, exento de convertirse en escenario de actos de guerra.
Por eso el asombro fue dejando lugar a la indignación en la medida que rápidamente, palabra a palabra, grito a grito, gesto a gesto, la población se fue enterando de los detalles del hecho militar y de su abrumadora culminación.
Vecinos, familiares y amigos de los alumnos y profesores se fueron congregando tumultuosamente alrededor del edificio en llamas, que iluminaba la noche patagónica como un gigantesco foco.
Foco que atrajo a toda la población de Caleta, salvo a los que estaban imposibilitados de moverse.
El capitán que mandaba el contingente militar chino advirtió que si bien era lo suficientemente importante como para decidir el destino del desigual combate, resultaba harto insuficiente para contener la marea humana que pugnaba por acercarse al edificio que ardía acribillado por disparos y esquirlas, por lo que informó a sus superiores de la situación y solicitó se lo apoyara con adecuados refuerzos.
Las unidades chinas estacionadas en los alrededores de Pico Truncado poco podían aportar sin dejar abandonados sus objetivos, por lo que optaron por solicitar al Estado Mayor inglés de Comodoro Rivadavia dispusiera las medidas que con urgencia reclamaban desde Caleta Olivia.
También estaban en alerta máxima los combatientes locales que habían sobrevivido por haberse desprendido del grupo antes de llegar a la escuela. Eran apenas dos docenas de jóvenes a los que se incorporaron unos pocos que arribaron desde Pico Truncado cuando se enteraron de los hechos.
Alcanzaron asimismo a comunicar lo ocurrido a los puntos que debían ser alertados en ocasiones semejantes.
De tal modo fue que a las dos de la mañana, un agitado decano despertó por teléfono al licenciado Urpoli, transmitiéndole la frase que descodificada, requería su urgente presencia en el lugar.
Luego de informar del panorama a la “mesa chica” que estaba en Buenos Aires, fue conducido hasta Comodoro por baqueanos que utilizaron huellas y caminos secundarios solo conocidos por lo lugareños, ya que no los registraba ninguna cartografía. A la mitad de la mañana llegó a la casa segura que lo aguardaba.
Mientras esto ocurría, en el epicentro de los acontecimientos los integrantes de la resistencia local habían informado a toda la ciudad mediante una radio local, de los hechos ocurridos y de sus resultados; conclusiones a las que habían llegado mediante lógicas deducciones y por las observaciones directas que pudieron realizar.
Así toda la población se encontraba anímicamente soliviantada contra las fuerzas invasoras y dispuestas a enfrentarlas de cualquier modo, lo que fue hábilmente aprovechado por los combatientes, calmando a los más exaltados a fin de evitar un ataque alocado, a la par que insuflaban ardor patriótico y reconocimiento de su autoridad, recorriendo los grupos que espontáneamente se estaban reuniendo en casas particulares y en locales de las más diversas instituciones.
Este estado de ánimo se fue transmitiendo pueblo por pueblo y ciudad por ciudad de modo tal que en pocas horas toda la región patagónica estuvo poseída por un sordo furor que, advertido por las jefaturas de los dispersos contingentes de las Naciones Unidas los llevó a extremar sus propias medidas de seguridad para evitar ser blanco de la ira espontánea de la población, la que comenzó a manifestarse con algunas pedreas de las que fueron objeto pequeños grupos de soldados que no habían llegado a replegarse a sus cuarteles.
El general inglés atendiendo al requerimiento de su subordinado chino, que al fin y al cabo no había hecho otra cosa que obedecer la instrucción que había impartido pocas horas antes, decidió enviar una compañía de “paras” reforzada con un destacamento de marinería que se encontraba en la ciudad a la espera de embarcarse de regreso a Gran Bretaña.
Estimó más que suficiente esa tropa para imponer respeto a los inermes habitantes de la ciudad a la que se dirigían y por otra parte no deseaba disminuir demasiado las fuerzas de su comando central.
Mientras tanto al sur de Rada Tilly se estaban concentrando desde las primeras horas de la mañana, los pequeños grupos de combatientes de todas las localidades desde Rio Mayo hacía la costa, que se habían desplazado a la espera de los acontecimientos y que reunidos, conformaban una fuerza de singular poder de fuego.
Mimetizados en el terreno, velaban las armas mientras los enlaces iban y venían.
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También en los centros de poder afincados en Buenos Aires se había impuesto un desasosegado ajetreo.
La bolsa de comercio registraba una caída generalizada en la cotización de las acciones de las empresas locales relacionadas con la explotación de los yacimientos petrolíferos del sur o con el transporte de energía hacia los grandes centros urbanos del norte del país.
Ante lo que se manifestó como una incipiente corrida, los bancos cerraron sus puertas sin esperar resolución alguna de la autoridad pertinente.
Un incesante ir y venir de vehículos aéreos y de lanchas rápidas desde la imponente mole edificada río adentro evidenciada que los hechos que se estaban desarrollando muy al sur afectaban la velada actividad que se desarrollaba en el complejo edilicio.
La central de medidas electrónicas instalada en un viejo camión con apariencia de casa rodante, que con mucho esfuerzo y más ingenio había montado clandestinamente la resistencia, monitoreaba un incremento geométrico de tráfico informativo hacia y desde la central instalada en la torre de Babel.
La información interceptada fue re-enviada a la oficina que se avocó a descifrarla.


Mientras estos hechos acontecían, la “mesa chica” tomaba conciencia de la dimensión que podía dar a su lucha con la posesión y eventual uso del arma que había llegado a sus manos.
Cuando recibieron de Núñez la novedad, la incredulidad y la duda dejaron paso a la euforia después de que una prolija inspección corroborara que tanto parte electrónica como la cabeza explosiva y el combustible sólido que propulsaba el aparato, habían sorteado exitosamente el paso del tiempo.
Dos lanzadores con sus respectivos misiles habían pasado a formar parte del arsenal de la resistencia americana.
Inmediatamente se avocaron a elaborar todas y cada una de las estrategias que permitían el uso de estos sistemas de armas, para lo cual contaron con el invalorable asesoramiento técnico de dos ingenieros –uno de ellos militar- que conocían al detalle las características de estas.
-Este misil es obsoleto si se lo utiliza para atacar blancos militares actuales, ya que los radares de rastreo y adquisición de imágenes siguieron avanzando en sofisticación y alcance desde la época en que fue diseñado y construido-
- Pero tenemos la ventaja que las computadoras que dirigen los actuales sistemas de defensa anti-misilísticas seguramente no almacenan en sus memorias a este bicho dando por supuesto que ya no existen ninguno-.
-Recordemos que durante la guerra de Malvinas, los buques ingleses no atinaban a defenderse de los Exocet porque sus bases de datos los identificaban como misiles “amigos” ya que componían parte del arsenal de la NATO-
- Estos proyectiles fueron concebidos para ser disparados desde naves o aeronaves, y se desplazan sobre el agua. Están especialmente diseñados para afrontar las perturbaciones electromagnéticas del mar y tienen dispositivos especiales que evitan las interferencias de distinto tipo-.
Raúl, acompañado por dos de los ingenieros que habían inspeccionado los artefactos, instruía a los integrantes del estado mayor nacional sobre las características técnicas de los Exocet.
-Para ser lanzado desde tierra firme el lanzador debe ser ubicado a no más de treinta metros de la costa. Al principio, dirigido por la computadora de tiro, el misil se eleva, para luego bajar a unos dos o tres metros de la superficie acuática, mediante un radioaltímetro-.
-El radar de puntería ubicado en la cabeza del misil recién empieza a funcionar en los últimos segundos del vuelo, que se realiza a una velocidad aproximada a los mil kilómetros por hora. A partir de ese momento el misil es guiado hasta el punto de impacto por los “ecos” que produce el mismo blanco-
-Por las dimensiones de los lanzadores, lo ideal será contar con un camión tipo mudadora para cada uno, lo que además aumenta la seguridad en caso de que por cualquier motivo, pudiéramos perder uno de ellos-
La reunión fue interrumpida por la llegada de un correo que alcanzó un minidisco a uno de los asistentes quien acercándose, susurró algo al oído de Bocha. - Será mejor –dijo este- que continuemos el análisis técnico después de estudiar esta información.-
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-Nuestros análisis, nuestra información y nuestras peores hipótesis se han confirmado- comenzó diciendo Bocha ante su reducido y atento auditorio.
Una cincuentena de personas, hombres y mujeres maduros la mayoría, lo escuchaba atentamente. Entre ellos, una docena de jóvenes de alrededor de treinta y pico de años se destacaban por la determinación que irradiaban sus rostros.
Sus miradas reconcentradas no denotaban exaltación ni fanatismo. Antes bien, una madura seguridad aureolaba sus rostros, lo que contrastaba con la juventud que ostentaban dentro del grupo general.
-Las teleconferencias que pudimos interceptar no dejan lugar a dudas. Esta operación fue planeada con mucha antelación. Décadas diríamos sin temor a equivocarnos. Lo que actuó como disparador fue el “Proyecto Tehuelche”, que vino a integrar efectivamente al dominio político y económico del país una zona que hasta entonces era argentina solo en los papeles.-
-El proyecto, que fue la manera de sacar al país de la postración espiritual y anímica en la que se encontraba, interfirió el plan mundialista de creación de un nuevo estado patagónico como nueva capital del mundo, del cual la instalación de la torre Babel era símbolo visible de la traslación al hemisferio sur de los centros de decisión.-
- De esa manera solucionaban también el gravísimo problema que le ocasionaban los israelíes apátridas, porque podían reubicarlos masivamente en una nueva “tierra prometida”.-
- Si con el “Proyecto Tehuelche” no se hubiera revertido la decadencia y la disgregación de nuestra sociedad, sin duda gran parte de nuestra población, harta de los desastres de las dirigencias locales, se hubiera entregado contenta a los nuevos conquistadores, si les prometían poner orden y terminar con la corrupción generalizada.-
- En otra escala, hubiera sido similar –por ejemplo- al proceso de vaciamiento del sistema ferroviario, que se hizo adrede para que la gente renegara del mismo, y pidiera que lo regalaran a cualquiera que prometiera mejorarlo. Bueno, Menem lo regaló y lo poco que quedó, andaba igual o peor que cuando era estatal, pero ya no había vuelta.-
- Aunque el gobierno no hubiera rescatado las políticas minera y petrolera, hubieran inventado cualquier otra excusa, porque por alguna razón política, cósmica, climática o esotérica, desde hace más de treinta años vienen avanzando, poco a poco, hacia este hemisferio, preparando su aposentamiento.-
- No son sionistas, pero se valen del sionismo; no son masones ni franc-masones, pero utilizan esas organizaciones; han superado las etapas del Bildelberg y de la Comisión Trilateral; tienen un pié dentro del poder vaticano y manejan hasta la Corona del imperio británico; son dueños y señores de la finanza, la técnica y la información.-
- Y lo que resulta paradójico, tenemos una de sus sedes principales frente a nuestras narices, funcionando como un estado aparte.-
- Señores: los argentinos avanzamos alegremente en el camino de la autodestrucción durante décadas. Hoy estamos enfrentados a un desafío que puede ser definitivo para nuestra sociedad tal como la conocemos y queremos.-
- Cualquier cálculo de fuerzas que no contemple el espíritu, nos es tan desfavorable que parecería suicida intentar algo que no fuera una rendición incondicional. Pero toda nuestra vida estuvimos convencidos que La Argentina tiene una misión que cumplir en la historia, más allá de generar vacas y cereales.-
-Ahora es el momento de decidir nuestro destino; el de los que estamos reunidos, de las organizaciones que representamos y el de todos nuestros compatriotas, que por lo que podemos ver, no están dispuestos a dejarse tragar con solo abrir la boca.-
Dicho lo cual se sentó cediendo la palabra a otro de los asistentes, un joven de aspecto aindiado que tranquila y pausadamente informó sobre la organización de la resistencia en el noroeste del país, afirmando cuando concluyó, que el movimiento resistente contaba con el claro apoyo de la opinión de la gente del común y que la estructura organizativa estaba fraguando aceleradamente.
Una mujer de edad mediana que había militado toda su vida en organizaciones sociales del conurbano bonaerense expresó su convencimiento que la población en general, y los sectores más humildes en particular, estaban completamente esclarecidos con lo que habían visto de la invasión, y no dudaba de que aclamarían y seguirían al unísono una propuesta nacional aunque implicara lucha y sacrificio, porque precisamente eran las conductas a las que estaban habituados.
Otros integrantes del grupo, que provenían de diversos puntos del país aportaron informes y opiniones se similar color, hasta que Pepe Castiñeiras se puso de pie.
-Con el Indio venimos de recorrer prácticamente todas las principales concentraciones del gran buenos aires. Adonde no pudimos llegar, mandaron emisarios para decirnos –todos- que hay que levantarse con lo que podamos y si hay que ir caminando hasta Santa Cruz, que vayamos – expresó.
-Pero todos sabemos que toda la lucha que los nuestros están dando en el sur puede condicionar la situación, pero no puede decidirla. Porque si el centro del poder enemigo está acá, la batalla principal la tenemos que dar acá.-
-Por eso propongo que, si estamos de acuerdo, dejemos en manos de los compatriotas que hasta ahora nos han conducido, para que tomen la decisión que estimen mejor corresponda y después cada uno en su lugar, irá al frente hasta el último aliento.-
La aprobación de sus palabras cerró la reunión, y los asistentes se dispersaron tratando de pasar desapercibidos entre los transeúntes que se apresuraban a regresar a sus hogares después de una jornada de trabajo.*

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