Novela política-profético-onírica
ambientada en la próxima guerra
que se desarrollará en la Argentina
luego de ser invadida
por las tropas de las Naciones Unidas.
Escrita por José Luis Núñez.

3: Entre mate y mate

Convaleciendo.

Fuere porque la robustez de sus cuerpos les dio una ventaja sobre la muerte, o porque los médicos les dedicaron la mejor atención de la que era capaces, o simplemente porque no les había llegado aún su hora, pocos días después de sus internaciones, tanto Nielsen (h) como Núñez se recuperaban de sus heridas, las que sin embargo eran muy graves.
Luego de su traslado a terapia intermedia, los dos fueron interrogados por las autoridades policiales y judiciales que intervenían en la investigación de sus respectivos casos.
El del periodista no les demandó mucho fervor. Efectivamente, su camioneta había activado una mina terrestre que había sido disimulada por los mismos que volaron la alcantarilla que permitía el escurrimiento del deshielo primaveral sin afectar la transitabilidad del camino.
Sin embargo el hecho permitió advertir el “modus operandi” de la resistencia nacional. Efectivamente, negada esta ruta, una columna de tropas israelíes de la O.N.U. que pretendía llegar hasta el lago Verde por la misma, había debido desandar lo andado y dar un rodeo de cientos de kilómetros pasando por Cholen-lá o Cholila, Esquel y Villa Futalafkén, exponiéndose a riesgos que los soldados del organismo internacional evitaban siempre que fuere posible.
Precisamente, había sufrido una doble emboscada, la primera una operación de distracción y engaño, y la segunda, de aniquilamiento, en un sector en el que la ruta tiene a uno de sus lados una pared de piedra vertical, y negaba espacio para maniobrar el contingente fue encerrado y atacado con misiles tierra-tierra de infantería.
Las fuertes pérdidas sufridas por el contingente israelí no pudieron ser disimuladas por la oficina de prensa y el traspié provocó hondas escenas de luto en la capital religiosa del estado judío, Jerusalem y una tormenta política en su capital institucional, trasladada a Tel Aviv.

Nielsen mientras tanto se recuperaba de la conmoción cerebral sufrida que le originó una sordera momentánea y de varias fracturas que motivaron su inmovilidad.

En cambio, el ataque que había sufrido el “bichólogo” fue atribuído a uno o más cazadores furtivos, que solían aprovechar las inmensidades patagónicas para cobrar piezas que luego comercializaban en el mercado negro.
Núñez declaró que había observado a varias personas que vestían ropa mimetizada con el follaje, aparentemente armadas.
Al intentar aproximarse para mejorar su campo visual, fue descubierto por los extraños y atacado por estos, los que le causaron tres heridas que atravesaron su cuerpo limpiamente sin afectar huesos. Los órganos tocados se reconstituían favorablemente.
La policía encontró en el lugar varias vainas de proyectiles de fusiles calibre 7.62, que eran los que usaban habitualmente los furtivos y una gran mancha de sangre que al ser analizada por los forenses, resultó ser de un ciervo colorado.

Cuando su estado por permitió, comenzó a recibir la visita de su mujer, Martina Castellanos, una muy atractiva morocha salteña, licenciada en historia y arqueología, por cuya venas corría sangre bien criolla pues descendía por su rama paterna, de españoles afincados tempranamente en el valle de Lerma, y de una de las princesas de la corte del Inca Atahualpa, antepasados de su madre.
No estaban juntos en esa incursión pues había sido llamada desde el norte por encontrarse su padre enfermo de cuidado.
Habiendo regresado de inmediato, todas las tardes pasaba largas horas junto a su marido, hablando y confortándolo.
Cuando el estado de salud del periodista que compartía la habitación del hospital mejoró, éste se incorporó a las tertulias.
En los lapsos en que el ajetreo hospitalario amainaba, el doctor García se sumaba a las charlas, pues había surgido una corriente de empatía entre los tres hombres que poco antes eran perfectos desconocidos entre sí.
Gabriel compartía con Martina su pasión por la naturaleza, especialmente por las aves voladoras. En el lapso que llevaban en la zona habían actualizado y ampliado el inventario descriptivo de estas especies que años atrás realizara otro naturalista local, el doctor Salgado. Precisamente cuando fue atacado se encontraba siguiendo los pasos de una pequeña colonia del carpintero gigante que anidaba en los faldeos de los cerros que rodean al lago Cisne, según declaró a la policía.

Una ocasión recibieron la visita del sub-director a la hora del almuerzo. Esto les permitió ampliar las frecuentes conversaciones que solían mantener y que habían sobrepasado los estrechos límites relacionados al estado de la salud de los convalecientes.
La curiosidad del médico, acicateada por lo que pudo enterarse al leer la ficha del naturalista, lo llevó a inquirir sobre el padre de éste.
Cuando Gabriel Núñez le dijo que aquel, entonces septuagenario, había militado desde su adolescencia en el peronismo, y que había compartido esa actividad con su profesión de abogado, supo que estaba frente al hijo de quien había sido compañero y amigo de su propio padre y que sin duda era el abogado al que su madre había recurrido, en 1979, para ir a la justicia en busca del paradero de Garcia padre mediante un “habeas corpus”.
Estas vivencias, que Gabriel compartía en su memoria más recóndita, afianzaron la relación entre ambos hombres.


Mateadas

Tanto García como Nielsen – por diversas razones- habían permanecido fuera del país por largos períodos de tiempo, lo que les dificultaba la comprensión del extraño fenómeno socio-político experimentado en La Argentina después de la primer década del nuevo siglo, pero por otra parte, les facilitaba el entendimiento de las grandes modificaciones ocurridas en el plano global.
Por el contrario y si bien no había tomado parte activa en los actos que desencadenaron el proceso aludido, Núñez tenía una clara conciencia de su génesis y desarrollo, adquirida a través de las largas charlas mantenidas, mate en mano, con su padre y con los amigos de éste, cuando viajaba a la capital, como lo solía hacer con frecuencia cuando organizaba sus viajes de estudio por el norte y buscaba apoyo técnico y económico para hacerlos. Porque, como ya se sabe, Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires.
Allí devino la riqueza de esas charlas, donde entre mate y mate cada uno aportaba su saber y su curiosidad permitiendo a todos redondear una inteligencia común de los hechos y los intereses que interactuaban para modelar el complejo mundo en el que vivían.
Nielsen había asistido durante el año 2015 al colapso del Israel que -tal como había nacido en 1948 y se había extendido en las sucesivas guerras de conquista emprendidas por el belicoso estado- fue reemplazado por dos estados separados, uno judío y otro palestino, por imposición de las fuerzas inasibles que deciden los destinos del mundo.
Este importantísimo acontecimiento había sido expresado como necesario ya en el año 2009 tanto por el Papa entonces reinante, Benedicto XVI, como por el presidente estadounidense Barack Obama quien luego fuera asesinado.
Este hecho, apoyado firmemente por los banqueros judíos de Londres y Nueva York y por la prensa mundial, fue sin embargo resistido por un sector muy importante de la población israelí, tanto aquella proveniente de la diáspora, como de la nativa.
Tumultos que luego se convirtieron en enfrentamientos armados en toda la línea se sucedieron en Tierra Santa, y el descontrol fue tan grande que una de las fracciones se apoderó del muy importante arsenal nuclear de Dimona en el Neguev y amenazó usar los misiles estratégicos Jericó III contra objetivos que incluían a Irán y a la Unión Europea.
Aparentemente esto tensó el hilo más de lo que los centros de poder podían tolerar, aún a los judíos, y en pocos días una fuerza internacional – mayoritariamente rusa e hindú- ocupó con grandes esfuerzos y empeñamiento militar, al pequeño país donde convergían los más sagrados anhelos de las tres mayores religiones monoteístas del mundo.
Curiosamente, los vecinos arabizados permanecieron neutrales en todo el conflicto, si bien pusieron en máxima alerta a sus respectivas fuerzas militares.
Este acontecimiento, lejano a estas tierras australes, sería luego de primordial importancia para el destino suramericano, ya que inmediatamente después, un sector del pueblo israelí, renunció a la nacionalidad del nuevo estado, y convertidos en nuevos parias, decidieron abandonar el desierto que habían convertido en vergel en base a dinero, esfuerzo y sangre, comenzando a buscar una nueva tierra adoptiva.

García aportó sus reflexiones sobre otro crucial acontecimiento de connotaciones dinásticas pero de proyecciones globales que lo tuvo como testigo.
El mismo estuvo dado por la coronación del príncipe William como nuevo monarca del Reino Unido y sus Dominios, luego de la forzada abdicación de su padre, Carlos, quien por su tradicionalismo anglo y su adhesión a la sociedad Thule fue vetado como candidato a encabezar el “aggiornado” nuevo imperio. Luego se supo de su secreta conversión a la religión de Roma.
Este hecho no hubiera sido posible si previamente no acontecía el desmoronamiento yanqui. Carcomidos los frágiles cimientos de los ensueños de “República Imperial” que un sector del poder WASP (white-anglo-saxon-protestant) imaginó posible, tanto por la decadencia moral de su pueblo como por la crisis financiera desatada durante el año 2008, aparecieron en distintos puntos del orbe, nuevas capitales que podríamos caratular de “pro consulares”, que mantenían distintos grados de relación, según su fuerza, con el gran poder económico que regía ya desembozadamente, los destinos de la humanidad.
En España y en toda Europa continental se había percibido de inmediato el aflojamiento de los lazos políticos y económicos que hasta entonces ligaban a los colosos del hemisferio boreal occidental dando lugar a nuevos liderazgos.
Y en ese mundo en el que sobrenadaba el Imperio Británico, era perceptible aún por el simple observador la relevancia de alianzas la sino-nipo-indú; la franco-alemana; la Unasur y el papel preponderante en sus respectivas zonas de influencia, de potencias como Irán y Rusia.
Precisamente, el reconocimiento del encuadre mundial hizo más inteligible para todos los contertulios, la inextricable experiencia argentina.
Como tanto el médico como el periodista agobiaban a Gabriel para que les ayudara a comprender los acontecimientos de su tierra de la última década, y este se resentía al esfuerzo de largas parrafadas, aceptaron su propuesta de verter sus experiencias y conocimientos en un archivo electrónico, para que cada uno pudiera leerlo tranquilamente y luego conversar sobre los detalles o nuevas inquietudes.
Al día siguiente, entregó a sus nuevos amigos sendos discos que recogían sus reflexiones, tal como se había comprometido en hacer.*

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